Vemos un mundo de competición lucha y sacrificio con unos pocos momentos de bienestar, serenidad, dicha o plenitud. Nuestras relaciones de pareja y personales son afectadas permanentemente por es estrés cotidiano y la falta de medios económicos suficientes para una vida plena.

Vivimos en un estado de competencia y lucha por lograr un sitial de comodidad y la frustración, la culpa, el miedo, el estrés nos inflama y enferma. También , nuestra formación y los medios hacen su parte para mantenernos en este estado de falta de poder.
Y aunque te suene discordante o agresivo lo cierto es que esa realidad la hemos creado nosotros de manera inconsciente. Es decir, si estamos consciente de que hemos trabajado por algo, pero no consciente de lo que nos jugó en contra, desde el punto de vista mental y emocional, pues nadie nos enseñó sobre autoconocimiento y el poder interior que tenemos para ser los creadores de nuestra realidad.